Psicóloga: La Mente Del Adolescente
Según la Psicóloga, es claro para los padres y la sociedad en general los cambios físicos y biológicos que experimenta el ser humano en los primeros años de vida, ello es la infancia, los cuales no se detienen hasta culminar la juventud que según la UNESCO finaliza cuando el hombre y la mujer se encuentran alrededor de los 24 años.
Y es que, los cambios físicos son sumamente evidentes dado que desde el nacimiento hasta la edad adulta el ser humano experimenta un sin número de transformaciones las cuales dan cuenta del desarrollo de la especie humana, aunado a ello, pero menos evidente son los cambios vitales y estructurales que se producen en el cerebro humano, los cuales hacen parte del mismo desarrollo.
El cerebro humano tiene unos parámetros establecidos que marcan las pautas para su desarrollo biológico, y es que, como es bien sabido dicho órgano se encuentra dividido en diferentes partes o componentes, los cuales representan distintas funciones y por ende son autónomas en su desarrollo
En el entendido de que el cerebro humano es el órgano encargado de controlar todas y cada una de las funciones del cuerpo humano, se hace evidente que los desafíos que se presentan en la adolescencia son causa del mismo desarrollo y maduración de este órgano vital, puesto que solo alcanza el punto de equilibrio estructural y fisiológico, más o menos cuando la persona se encuentra alrededor de los 25 años.
Pregunta a la Psicóloga: ¿Qué sucede al interior del cerebro de los adolescentes?
¿Por qué, los adolescentes actúan temerariamente? ¿Cómo un adolescente toma decisiones sin detenerse un momento a pensar en las consecuencias de sus actos? ¿Por qué los adolescentes arriesgan sus vidas una y cientos de veces sin preocuparse de lo que puede llegar a pasar o de las consecuencias que una mala práctica pueda acarrear en su salud y vida?
Para resolver todos estos interrogantes lo más sano es comprende que pasa al interior del cerebro de los niños y adolescentes en el paso por el desarrollo hacia la vida adulta, lo primero que se debe asimilas según el Dr. Andrew Garner, FAAP, miembro del Comité de Aspectos Psicosociales de la Salud Infantil y Familiar de la American Academy of Pediatrics, es que el cerebro de cada niño y adolescente se desarrolla de acuerdo a las capacidades, información, alimentación y aspectos psicosociales propios de la realidad de cada individuo.
La dopamina es la encargada de hacer que los adolescentes tomen riesgos y esta se encuentra en su máxima reproducción
Aunado a lo antes indicado el cerebro humano tiene unos parámetros establecidos que marcan las pautas para su desarrollo biológico, y es que, como es bien sabido dicho órgano se encuentra dividido en diferentes partes o componentes, los cuales representan distintas funciones y por ende son autónomas en su desarrollo, muestra de ello es que, cuando alguna parte del cerebro se encuentra afectada por alguna patología o circunstancia, no necesariamente se pierde la funcionalidad completa del cerebro como tal.
Por ello entonces se habla de que la corteza cerebral prefrontal (CPF) (encargada de controlar el razonamiento y ayudar a pensar antes de actuar) ubicada detrás de los ojos, es la última en terminar de desarrollarse, y lo hace alrededor de los 24 años de edad, a diferencia de la amígdala cerebral (AMG) (la responsable de las reacciones instintivas, las emociones, incluyendo el temor y el comportamiento agresivo) ubicada en lo profundo del cerebro, la cual madura mucho antes de llegar a la edad antes mencionada.
Por ello entonces es que múltiples estudios de variados neurocientíficos sostiene la teoría que, esta diferencia en la madurez del cerebro puede explicar mucho del comportamiento de los adolescentes, dado que es la amígdala cerebral (AMG) la que finalmente termina tomando las decisiones en el actuar de los adolescentes.
Por otro lado también, diferentes estudios arrojan que, alrededor del cerebro de los adolescentes se entretejen otros cambios específicos los cuales incluyen un rápido aumento en las conexiones entre las células del cerebro y el podar (refinamiento) de las vías del cerebro, donde las células nerviosas desarrollan mielina, una capa insuladora que ayuda a las células a comunicarse.
Cabe resaltar que estos cambios son esenciales para el desarrollo coordinado de pensamiento, acción y comportamiento del ser humano.
Según la Psicóloga, por lo antes mencionado podría decirse que, las acciones de los adolescentes se mueven más por la amígdala que por la corteza frontal, por ello entonces los adolescentes tienden a: actuar por impulsos, malinterpretar las señales sociales y emocionales, involucrarse en peleas, accidentes, excesos y comportamientos temerarios, ahora bien, los adolescentes tienden a no: pensar antes de actuar, hacer una pausa para considerar las consecuencias potenciales de sus acciones y a no modificar sus comportamientos peligrosos o inapropiados.
Por ello entonces el tomar riesgos, buscar la novedad y relacionarse vertiginosamente con otros grupos de adolescentes, tiende a referenciar su modo de actuar, y en ello se ven envueltos en excesos, relaciones riesgosas, consumo de todo tipo de sustancias y la necesidad de ser aceptados en la sociedad, y es que es apenas lógico, si tenemos presente que su actuar químicamente en el cerebro está regido directamente por la amígdala cerebral (AMG), la cual maneja las emociones, y adolece de su coadyuvante idóneo, la corteza cerebral prefrontal (CPF), que no termina de desarrollarse hasta los 24 años de edad.
Ahora bien, si se tiene en cuenta que la dopamina es la encargada de hacer que los adolescentes tomen riesgos y esta se encuentra en su máxima reproducción y si, aunado a ello, estos adolescentes están acompañados de más adolescente con un nivel de dopamina igual de elevado, donde nadie cuenta una corteza cerebral prefrontal (CPF) desarrollada que funja como freno de mano, y mida consecuencias, los riesgos harán parte si o si, una y mil veces de la escena, hasta que llegue la edad adulta con una corteza cerebral prefrontal (CPF) totalmente desarrollada y tome control de la situación, midiendo riesgos, valorando la vida, la salud y estabilizando el desenfreno hormonal.