Psicología Infantil: ¿Cómo Diferenciar Entre Un Comportamiento Típico y El Trastorno Por Déficit De Atención E Hiperactividad?
Psicología Infantil: El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), refiere una condición mental grave y delicada, dado que interfiere profusamente en la capacidad que una persona pueda llegar a desarrollar a lo largo de su vida, para concentrarse en casi todos los aspectos de su vida y poder de esta manera procesar y ejecutar cientos de labores con éxito.
Otro de los factores que entran en escena al momento de padecer TDAH es la hiperactividad y conducta impulsiva, puesto que no solo la falta de atención es un síntoma del déficit de atención, componentes como la hiperactividad y la impulsividad pueden predominar en la persona que lo padece y ello casi que sería una de las potenciales causales del déficit de atención, dado que el permanecer activo en variadas circunstancias al mismo tiempo, indefectiblemente impedirá el poder guardar la atención y concentración que se requiere para ejecutar tareas de suma importancia como lo es la academia y el mundo Laboral.
La psicología infantil es una rama de la psicología que se enfoca en el estudio del comportamiento y desarrollo emocional de los niños desde el nacimiento hasta la adolescencia.
Los psicólogos infantiles trabajan con niños que experimentan problemas emocionales, conductuales o de desarrollo, así como con sus familias, para ayudar a resolver problemas y mejorar su bienestar emocional.
Los profesionales en psicología infantil utilizan una variedad de técnicas terapéuticas adaptadas a las necesidades específicas de cada niño y su situación. Además, trabajan en estrecha colaboración con otros profesionales, como médicos y maestros, para garantizar que los niños reciban el mejor cuidado integral posible.
Ahora bien, el TDAH es una afección crónica que afecta un segmento importante de la población infantil, donde bajo un diagnóstico clínicamente correcto, puede suministrarse el tratamiento idóneo que facilite al paciente desarrollar habilidades que le permitan apropiarse de técnicas que le proporcionen el poder permanecer concentrado en las labores a desarrollar y de esta manera lograr culminarlas con éxito, al igual que podrá también encontrar la manera de lograr el nivel de aprendizaje que se requiere en todas y cada una de las etapas académicas.
Cabe mencionar que, dicho tratamiento incluye medicamentos, terapia conductual, asesoría y dispensación de técnicas educativas que faciliten el aprendizaje, es de resaltar que, el tratamiento disminuye los síntomas y a su vez como ya se expresó, lo ideal es proveer al paciente de herramientas que le permitan controlar los elementos o factores que efectivamente le llevan a desconectarse de las actividades que requieren de toda su atención, pero la realidad del TDAH es que hasta la fecha no se tienen referencias de una disminución completa de los síntomas, pero claramente con el tratamiento adecuado la afección tiende a mejorar a través del tiempo.
Por todo lo antes mencionado es natural encontrar elementos que requieren el diferenciar con claridad entre un comportamiento típico y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, toda vez que es habitual que en algún momento de la vida un gran y elevado número de personas experimenten algunos de los síntomas que componen el TDAH, puesto que en algunas ocasiones puede llegar a costar el estar verdaderamente concentrados en una actividad, dado las preocupaciones, o las múltiples actividades del día a día y en general todo cuanto compone la actividad del cerebro, puede ocasionar alguna desconexión momentánea de la actividad que se está realizando, por ello el eliminar los entes distractores hace parte de un muy efectivo habito que permite alcanzar óptimos umbrales de concentración.
En consecuencia, a lo antes indicado puede decirse entonces que si ocasionalmente una persona se distrae o le cuesta concentrarse, ello no refiere el padecer de TDAH, dado que para ser diagnosticado con dicha patología se requiere de una frecuencia y persistencia en los síntomas que evidentemente refiera dificultades graves en la concentración y por ende el aprendizaje, puesto que su actuar debe ser absolutamente suficiente como para denotar un trastorno mental, lo cual se refleja en múltiples aprietos en el desempeño normal de quien lo padece.
Ahora bien, el TDAH puede resultar difícil de diagnosticar en las personas adultas dado que algunos de los síntomas son similares a los originados por otras patologías, tales como la ansiedad o los trastornos del estado de ánimo. Aunado a ello, muchos adultos con TDAH también tienen al menos otra afección de salud mental, como depresión o ansiedad.
Psicología Infantil: Síntomas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad TDAH
Por todo lo antes indicado, se hace necesario enlistar los síntomas que demarcan la diferencia entre un comportamiento típico y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad TDAH:
- Demarcados arrebatos de impulsividad e incapacidad para medir consecuencias
- Dificultad para establecer prioridades y evidente desorganización de sus deberes y obligaciones
- Escasa o nula habilidad para administrar el tiempo
- Dificultad para concentrarse en una tarea o labor
- Incapacidad para realizar múltiples tareas a la vez
- Actividad en exceso o inquietud
- Escasa planificación
- Baja tolerancia a la frustración
- Demarcados y frecuentes cambios de humor
- Temperamento irascible
- Problemas para enfrentar el estrés
El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) es un trastorno neurológico que afecta a niños y adultos, y se caracteriza por una falta de atención, hiperactividad e impulsividad.
Algunos de los síntomas comunes del TDAH pueden incluir dificultad para mantener la atención en tareas o actividades, inquietud e hiperactividad, hablar excesivamente y de forma impulsiva, olvidar cosas frecuentemente y tener problemas para seguir instrucciones.
Los síntomas del TDAH pueden variar en gravedad y pueden afectar el rendimiento escolar, la capacidad para relacionarse con los demás y la calidad de vida en general.
Si se sospecha que un niño o adulto puede tener TDAH, es importante buscar ayuda de un profesional de la salud mental para una evaluación y tratamiento adecuados.
Psicología Infantil: Causas del Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad TDAH
Dentro de las causas identificadas al momento que pueden dilucidarse frente a los elementos responsables del déficit de atención/hiperactividad, se pueden encontrar factores que pueden involucrar algún tipo de correlación y entre ellos se encuentran:
- Genética: El TDAH puede ser hereditario, los estudios indican que los genes podrían estar involucrados, dado que es absolutamente común encontrar en quienes lo padecen, antecedentes familiares que efectivamente se encuentran afectados por el mismo trastorno u otro trastorno de salud mental
- Ambiente o entorno: Algunos factores del entorno también pueden aumentar el riesgo de padecer TDAH, entre ellos la exposición en la infancia a toxinas ambientales, como el plomo, que principalmente se encuentra en la pintura y las cañerías de los edificios antiguos
- Dificultades durante el desarrollo: Los problemas en el sistema nervioso central en momentos fundamentales del desarrollo pueden tener incidencia en el trastorno, entre ellos si la madre fumó, tomó alcohol o consumió drogas durante el embarazo
Dentro de las complicaciones que pueden resaltarse frente a el trastorno por déficit de atención e hiperactividad, pueden mencionarse: bajo o nulo desempeño escolar o laboral, desempleo y por ende dificultades económicas, consumo inadecuado de alcohol u otras sustancias, accidentes automovilísticos u otros accidentes frecuentes, relaciones dañinas e inestables, baja autoestima e intentos de suicidio.
Aunque la causa exacta del trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) no se conoce completamente, se cree que puede haber múltiples factores que contribuyen a su desarrollo.
Algunas de las causas del TDAH pueden incluir factores genéticos, problemas en el desarrollo del cerebro y desequilibrios químicos en el cerebro que afectan la regulación de la atención, el comportamiento y las emociones. También se ha demostrado que ciertos factores ambientales, como la exposición a sustancias tóxicas y el consumo de tabaco y alcohol durante el embarazo, pueden aumentar el riesgo de TDAH en el niño.
Además, ciertas experiencias estresantes, como el trauma y la violencia en el hogar, pueden desempeñar un papel en el desarrollo del TDAH. Es importante recordar que cada caso de TDAH es único y que las causas subyacentes pueden variar de una persona a otra.
Aunado a ello el trastorno por déficit de atención e hiperactividad no causa otros problemas psicológicos o del desarrollo, pero claramente a menudo se presentan otros trastornos junto con dicha patología, lo que dificulta el tratamiento, entre ellos se encuentran: trastornos del estado de ánimo, trastornos de ansiedad, evidentes y demarcados impedimentos de aprendizaje.