Psicología: La Crianza Respetuosa
A raíz de todas y cada una de las discusiones en Psicología que se han venido desarrollando a lo largo de los años entre las corrientes nacientes de la crianza respetuosa y afines, versus la crianza de los menores tradicional, este articulo no busca tomar postura frente a que corriente es la correcta, dado que entendemos que, frente a la crianza de los niños y la realidad de los padres, no existen fórmulas mágicas que representen el éxito o la frustración de los parámetros puestos en práctica al interior de los hogares.
Cabe resaltar que, son múltiples los aspectos que influyen en una crianza que verdaderamente forme adultos que integren positivamente la sociedad de la cual harán parte, y ello recae única y exclusivamente en los adultos, dado que son ellos; el extremo de la relación parental, la mente madura, la cual por derecha debe direccionar, proteger, proveer, dirigir, educar, amar, respetar y sobre todo proteger y cuidar de los menores, puesto que el ser humano desde que nace hasta sus primeros 6 años de vida, necesita indefectiblemente de cuidados, vigilancia y protección para poder subsistir.
Psicología: Los primeros 6 años de vida del hombre son cruciales para su desarrollo, estaría claro que sus padres deben en todo momento estar atentos a las necesidades de sus hijos, responder a ellas cubriéndolas con amor y respeto
Son múltiples los estudios de Psicología, que sustentan la literatura refieren a que el cerebro del ser humano no se encuentra maduramente conformado hasta los 25 años, lo cual indica que las primeras etapas que vivencia el hombre antes de esa edad como lo son la infancia, la adolescencia y la juventud temprana, requieren dirección y educación, lo cual debe impartirse como se mencionó antes, por los padres, los educadores y hasta el mismo sistema.
El Psicoanalista John Bowlby
Ahora bien, la crianza respetuosa (John Bowlby, psicoanalista y autor de la teoría del apego, base teórica y práctica de la crianza respetuosa) suscribe múltiples patrones que a su vez han sido fuertemente cuestionados, dado que mediante dichos análisis o estudios, a lo largo y ancho de los continentes se han promovido diferentes teorías, por variados teóricos, donde patrones como; eliminar de la relación padres e hijos el autoritarismo, donde los niños tienen la potestad de elegir y por ende no se practica en ningún momento la imposición de normas o estatutos verticales al interior de los hogares, es el modelo de crianza acertado.
Pero a fin de no hacer parte de la controversia expresamos un justo medio de ambos modelos de crianza los cuales apuntan a beneficiar no solo a los niños, sino también a los padres, dado que entre más sana, respetuosa y filial sea la relación al interior de los hogares, habrá indudablemente armonía en el desarrollo natural de los integrantes, lo cual se reflejará en vidas felices que proyectan familias funcionales.
Y es que, es sumamente común escuchar a tías, abuelas, y madres de largo alcance, expresar a la nueva mamá; que ponga horarios a su lactancia, que no esté cargando a su bebe todo el tiempo, que lo calme si llora con un tetero y más lamentable aún que lo deje llorar en la cuna hasta que se calme, nada más desafortunado que ello, dado que es claro que un bebe es un ser absolutamente indefenso; el cual estuvo 9 meses en el vientre de su madre y por consiguiente no estuvo solo, ni desatendido, ni un solo instante, por lo que claramente dichos consejos no resultan ser lo más beneficioso para un ser que se encuentra absorto en una nueva realidad que desconoce y que por ende requiere atención las 24 horas del día.
Ahora bien, si tenemos en cuenta que, los primeros 6 años de vida del hombre son cruciales para su desarrollo, estaría claro que sus padres deben en todo momento estar atentos a las necesidades de sus hijos, responder a ellas cubriéndolas con amor y respeto, comprendiendo en todo momento las emociones de los más pequeños, dado que piensan y siente como niños que son, por ello no se debe esperar ni mucho menos reaccionar a sus respuestas de niños, dado que, es natural que actúen y sientan distinto a los adultos.
Ello no quiere decir que los hijos y padres son amigos y que se deben tratar como iguales, nada más desacertado y nefasto que ese tipo de tratos entre padres e hijos, puesto que los padres deben dirigir, educar y proveer a sus hijos desde; el respeto, la humildad, la libertad, la creatividad, el amor, el bienestar, desde un modelo de honradez y honestidad, que refleje hombres y mujeres de bien para la sociedad, que a su vez promueva familias funcionales, donde cada quien tiene su rol y este se respeta.
En otro contexto la crianza tradicional refiere en múltiples aspectos tratos autoritarios y sumamente rígidos, donde pueden encontrarse trazos de golpes, gritos, maltrato verbal y físico, que refieren modelos de vieja data, que dañan y dejan huellas indelebles en el ser que se está formando, lo cual crea ambientes desacertados entre las familias, generando de este modo disgregación y daños morales que a la larga no suman ni mucho menos educan, y por ende dejan reflejos de amargura al interior de los hogares.
Claramente es necesario tomar de cualquier modelo o consejo que se presente en cuanto a la crianza de los hijos, lo mejor y lo que verdaderamente potencie el bienestar de la familia y sus integrantes, dado que cada uno en su rol tiene necesidades que requieren satisfacerse, puesto que unos padres felices harán sin duda alguna de la vida de sus hijos un entorno de bienestar, satisfacción y felicidad, donde el día de mañana reflejaran a la sociedad hombres y mujeres con bases sólidas fundamentadas en una crianza respaldada en el amor, la empatía y el respeto por ellos mismos y por los demás.