Psicólogo en Santiago: El Trastorno Por Déficit De Atención E Hiperactividad
Psicólogo en Santiago: Por lo general el comportamiento de los niños refiere un tanto de hiperactividad dado que, sus energías están concentradas en un optimo desarrollo y sus fuerzas están canalizadas en su crecimiento, lo que hace que su comportamiento se encuentre revestido de gran energía y vigor.
¿Pero qué sucede cuando, no es posible controlar dichas energías en los espacios que se requiere como lo es la escuela y su tiempo de aprendizaje, o cuando sus padres o tutores requieren que su conducta se mantenga serena a fin de poder realizar algunas actividades específicas?
Claramente las conductas que llevan al ser humano en general a dispersarse un instante de las actividades que se están realizando en un momento determinado, pueden ser algo totalmente normal, y propio además de las múltiples circunstancias en las que se ocupa la atención del cerebro, aunado a ello los entes distractores exteriores también juegan un papel de suma importancia, a la hora de perder la concentración en una tarea, una lectura, una explicación o indicación y en general el hecho de aislarse mentalmente de lo que se estaba haciendo.
Para que un profesional del área de la salud mental diagnostique a un menor con déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es porque se encuentra ante un cuadro persistente y severo que incluye una combinación de problemas, tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo.
Pero dicha conducta se torna en atípica, en el momento en que se convierte en reiterativa y persistente, donde una de las señales de alarma que primero se enciende en los niños, son las bajas calificaciones y rendimiento académica, dado que los altos y perseverantes estados de déficit de atención e hiperactividad no permiten que los menores se concentren de manera adecuada en todas y cada una de las actividades escolares, llevando así a que el menor este en desventaja con el resto de su clase, puesto que, el no prestar atención al dispersar la mente o ocuparse en actividades distintas, lo lleva a no estar al corriente con sus compañeros y por ende a irse quedando atrás en el conocimiento y las habilidad adquiridas, lo que se refleja en bajas notas escolares.
Por lo general los docentes, profesores y demás personal a cargo del ámbito académico y de desarrollo de los niños, son quienes primero se percatan de un posible déficit de atención e hiperactividad (TDAH) en el menor afectado, dado que en los salones de clase es donde más se demanda de un comportamiento adecuado que permita armonía a la hora de impartir el conocimiento a los alumnos, por lo que la persistencia de conductas que no admitan en los menores el poder concentrarse de manera optima en las actividades académicas, puede llegar a ser referencia de la presencia de un trastorno por déficit de atención e hiperactividad, en el menor, cabe resaltar que solo los profesionales del área de la salud mental son quienes diagnostica y prescriben el tratamiento a suministrar al menor, de acuerdo al protocolo que debe seguirse a fin de tratar dicho trastorno.
Ahora bien, para que un profesional del área de la salud mental diagnostique a un menor con déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es porque se encuentra ante un cuadro persistente y severo que incluye una combinación de problemas, tales como dificultad para mantener la atención, hiperactividad y comportamiento impulsivo. Donde por lo general las niñas refieren una inclinación más marcada al déficit atencional y los niños pueden tender mayor tendencia a la hiperactividad, es claro que mediante técnicas y terapias desde la atención adecuada en psicología y un estricto tratamiento, los niños con el tiempo van superando dicho trastorno, pero es imperante el indicar que, son múltiples los factores que convergen ante el enfrentarse a un caso de (TDAH) donde claramente el actuar de inmediato verdaderamente marcará la diferencia, en el futuro profesional, intelectual, social y personal del adulto en potencia, que se encuentra en formación.
Y es que, un menor que se enfrenta a una condición especifica del (TDAH), también pueden tener dificultades con la baja autoestima, las relaciones problemáticas y como ya se indicó, el bajo rendimiento escolar, lo cual es de sumo cuidado, dado que todo cuanto retrase el proceso normal de aprendizaje y desarrollo de un menor, va a repercutir indefectiblemente de una manera negativa en aspectos tan importantes como: su capacidad intelectual, profesional y personal, puesto que las etapas propias del desarrollo son de suma relevancia, y es que es natural que, quienes en la infancia pasan por encima de dichas etapas, sin agotarlas como el resto de los compañeros de clase, en variados aspectos de la vida adulta estarán en desventaja, con quienes realmente en la infancia tenían la capacidad de atender a clase con la entereza que ello lo amerita.
Ahora bien, no son solo las notas las que se ven afectadas, sino también el aprendizaje que claramente no se está adquiriendo, lo que tarde o temprano estará cobrando factura a ese adulto que en su infancia no obtuvo un tratamiento idóneo, cabe resaltar que, el tratamiento no cura el TDAH, pero si, puede ayudar mucho con los síntomas, por lo general el método involucra medicamentos e intervenciones conductuales, tenga presente que, como ya se expresó el diagnóstico y tratamiento tempranos pueden hacer una gran diferencia en el resultado.
Los padres, profesore, tutores y personal a cargo de los menores pueden evidenciar los síntomas del TDAH antes de los 12 años y, en algunos niños, se notan a partir de los 3 años. Estos síntomas pueden ser leves, moderados o graves, y pueden continuar hasta la edad adulta.
A continuación, enlistaremos los tres subtipos de TDAH:
- Falta de atención predominante: gran parte de los síntomas se inclinan a la falta de atención
- Conducta hiperactiva/impulsiva predominante: los síntomas están más inclinados a la hiperactividad e impulsividad
- Combinado:
- Esta es una mezcla de síntomas de falta de atención y síntomas de hiperactividad/impulsividad
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