(CNN) — Desde que comenzó el nuevo brote de coronavirus en China en diciembre pasado, se ha extendido por todo el mundo y ahora es una pandemia.
El virus, conocido formalmente como Covid-19, ha infectado a más de 500.000 personas en todo el mundo y ha matado a miles.
Ahora los países luchan por contener el virus, imponiendo restricciones de viaje y cuarentenas obligatorias, un eco de los cierres y las medidas de emergencia que se extendieron por Asia hace dos meses.
Ser transparente con el público
La transparencia del gobierno y la información de acceso público pueden ayudar a educar a los ciudadanos sobre los riesgos y las medidas de precaución necesarias, así como a evitar el pánico o la desinformación.
Singapur, por ejemplo, envía informes diarios con actualizaciones de coronavirus y muestra datos como cuántos casos nuevos se confirman, cuántos pacientes han sido dados de alta del hospital y si aparecen nuevos grupos.
Y en Hong Kong, Taiwán, Japón y Corea del Sur, las agencias gubernamentales han lanzado agresivas campañas de información pública sobre lo que se está haciendo y lo que los ciudadanos pueden hacer, distribuyendo esta información en carteles, anuncios de televisión y más.
En Japón, los casos de gripe regular han disminuido drásticamente, al parecer debido al aumento en la educación pública y la conciencia de la salud, según los medios locales.
La falta de información confiable también puede generar rumores infundados. En Singapur, por ejemplo, se divulgó un falso reclamo de que una trabajadora doméstica extranjera había muerto. El gobierno emitió rápidamente una declaración aclarando que era falso; y hasta el momento nadie ha muerto de coronavirus en Singapur.
La transparencia ayuda a reducir la histeria y brinda a otros países y expertos internacionales información importante para comprender la propagación del virus.
Fundamentalmente, la voluntad del gobierno para compartir verdades duras, tanto con el público como internamente, puede ayudar a evitar errores fatales, como los ocurridos en China durante las primeras semanas del brote.
En diciembre, cuando el virus comenzó a propagarse, denunciantes como Li Wenliang, en Wuhan, intentaron advertir a la gente, pero fueron silenciados por las autoridades. Li, a quien se le hizo firmar una declaración policial sobre su “delito menor”, murió en febrero a causa del virus, provocando furia pública y una profunda desconfianza del gobierno.
Gestionar distanciamiento social
El virus se propaga cuando las personas están en contacto físico cercano, por lo que una de las medidas más importantes que puede tomar un gobierno, o su gente, es el distanciamiento social.
El distanciamiento social es exactamente lo que parece: poner cierta distancia entre usted y los demás, y evitar situaciones en las que podría estar cerca de muchas otras personas.
Con este fin, algunos países de Asia han suspendido las escuelas, cancelado reuniones públicas como las festividades del Año Nuevo Lunar, cerrado espacios públicos como piscinas, y recomiendan a la gente trabajar desde casa.
En China, millones de personas todavía están bajo alguna forma de restricción de viaje, como parte del esfuerzo para limitar la exposición de las personas entre sí.
Adelantarse
Las autoridades pueden prepararse para un brote incluso antes de que el virus llegue en grandes cantidades.
En enero, cuando quedó claro que el virus se estaba extendiendo rápidamente por Asia, los países se prepararon estableciendo centros de cuarentena, ordenando más suministros médicos por adelantado y organizando comités de respuesta de emergencia gubernamentales e interdepartamentales.
Taiwán formó un centro de comando de respuesta epidémica y a fines de enero; esa misma semana, la isla confirmó su primer caso. Otras medidas preventivas incluyeron la preparación de más de 1.000 camas en salas de aislamiento, la realización de simulacros en hospitales e instalaciones para el control de infecciones y el abastecimiento de suministros médicos para contrarrestar los rumores de escasez.
Y en Tailandia, el primer lugar donde el virus se propagó fuera de China, las autoridades establecieron controles de temperatura generalizados en los centros de transporte días después del primer caso.
Hacerse la prueba temprano
Los países también pueden alentar las pruebas tempranas y hacer que estén disponibles en los distritos locales, para identificar rápidamente la llegada del virus.
Corea del Sur es un buen ejemplo de pruebas tempranas y generalizadas y una mayor vigilancia en la notificación de síntomas. El Ministerio de Salud del país lanzó una aplicación para teléfonos inteligentes que pide a los ciudadanos que verifiquen diariamente sus síntomas y notifiquen a los funcionarios de salud locales si es necesario.
La ciudad de Goyang, en Corea del Sur, estableció incluso un sitio de prueba de detección de coronavirus en el que la gente conduce a un estacionamiento y los trabajadores de la salud, con trajes especiales para tal fin, registran a los conductores, verifican sus temperaturas y toman muestras.
Los conductores pasan por todo el proceso de prueba en cuestión de minutos sin tener que salir de sus automóviles, lo que facilita que más personas se realicen la prueba rápidamente, además de proteger a los trabajadores de la salud de ser expuestos al virus.
Este tipo de medidas permiten a las autoridades poner en cuarentena a los pacientes y a las personas con las que han estado en contacto, conteniendo así el virus rápidamente, en lugar de permitir que se propague con personas infectadas que no fueron examinadas.
Extender buenas prácticas de higiene
Lavarse las manos frecuentemente con agua y jabón durante al menos 20 segundos, cubrirse la boca y la nariz al estornudar o toser, evitar tocarse los ojos o la boca con las manos y tener cuidado con las superficies que tocas puede hacer una gran diferencia.
Los países de Asia lanzaron campañas de sensibilización pública, y los gobiernos difundieron consejos sobre cómo mantener una buena higiene.
En ciudades como Hong Kong, las personas han usado guantes cuando salen y usan desinfectantes o toallitas con alcohol para limpiar regularmente las superficies. Una práctica común es cubrir los botones del elevador en edificios con una lámina de plástico, lo que facilita la desinfección de la superficie cada pocas horas.
En lugares donde las escuelas aún no se han suspendido por completo, algunas instituciones hacen a diario una jornada de limpieza: todos los estudiantes hacen fila para lavarse las manos antes de las comidas o al final del día escolar.
Campañas institucionales similares y una mayor conciencia personal entre los ciudadanos pueden ayudar a prevenir y contener la propagación del virus a nivel mundial.
Ofrecer a los empleados jornadas de trabajo flexibles
Millones de personas en Asia han estado trabajando desde su casa, o trabajando en horarios más flexibles, durante más de un mes. Algunas compañías han enviado a todos los empleados no esenciales a casa, mientras que otras han adoptado un método con grupos de empleados que se turnan para llegar a la oficina.
Ciertamente hay dificultades: si se suspenden las escuelas, los padres que trabajan desde casa también tendrían que cuidar a sus hijos, y trabajar de forma remota no es práctico para algunos en las industrias de servicio al cliente con roles de atención al público.
Pero la tecnología moderna también facilita que empresas enteras trabajen desde casa: las empresas asiáticas han estado utilizando herramientas como videoconferencias, aplicaciones de mensajería instantánea, sistemas VPN y archivos basados en la nube.
No hacer compras por pánico
En Hong Kong, el mes de febrero estuvo marcado por la compras de pánico y las estanterías vacías de las tiendas.
La gente temió que las fronteras cerradas pudieran interrumpir la línea de suministro de rollos de papel higiénico (a pesar de las garantías del gobierno de que no pasaría), y se apresuraron a abastecerse. Los supermercados se agotaron, y algunas personas compraron a granel lo suficiente como para aguantar semanas.
Y no se trata solo de rollos de papel higiénico: las personas también arrebataron máscaras faciales, desinfectante de manos, artículos de limpieza y alimentos básicos como el arroz.
La compra de pánico avivó el caos y el miedo innecesarios, e incluso condujo a la delincuencia: en Hong Kong, varios hombres fueron arrestados el mes pasado por robar 600 rollos de papel higiénico que habían sido entregados fuera de un supermercado.
Hay muchas razones para abstenerse de subirse al carro de la compra de pánico: quita los suministros críticos para los trabajadores de primera línea y de atención médica, y propaga la histeria. Además, las cadenas de suministro están bien; CNN habló con dos grandes supermercados de Hong Kong, dos compañías navieras y dos operadores de contenedores, y todos indicaron que no hay escasez ni interrupción de los suministros.
No tener miedo por las mascotas
Un perro dio positivo por coronavirus en Hong Kong, lo que generó temores equivocados de que las mascotas puedan atrapar y transmitir el virus a sus dueños.
Los expertos están de acuerdo: ese definitivamente no es el caso.
Los coronavirus pueden vivir en superficies y objetos, lo que significa que el virus podría estar presente en la superficie de un perro o un gato, incluso si el perro o el gato no ha contraído realmente el virus.
“La evidencia actual sugiere que los perros no son un riesgo de propagación mayor (de coronavirus) que los objetos inanimados como las manijas de las puertas”, escribió Sheila McClelland, fundadora de Lifelong Animal Protection Charity, con sede en Hong Kong, en una carta a las autoridades de la ciudad y compartida con CNN.
Así que no pongas en cuarentena a tus mascotas, no les pongas máscaras faciales o las abandones, solo mantente en lo básico de una buena higiene. Lávate las manos después de tocar a tus mascotas y, si realmente te preocupa, limpia las patas de tus mascotas con toallitas antisépticas después de que hayan estado afuera.
No estigmatizar a los pacientes
Los expertos han advertido contra la estigmatización de los pacientes. Por ejemplo, las cuarentenas son vitales para el proceso de contención, pero si se realizan de manera incorrecta, los pacientes podrían ser tratados con menos dignidad y respeto.
Y en países en su mayoría blancos como Estados Unidos, Reino Unido y Australia, el estigma puede adoptar una forma más xenófoba, a veces abiertamente racista: ha habido un aumento de asaltos y acoso racistas en estos lugares, dirigidos a personas de China o descendientes del este asiático.
Y finalmente, no asustarse
Si bien los gobiernos y los ciudadanos deberían prepararse para el virus, también es importante no entrar en pánico.
Según los datos disponibles actuales, se cree que el virus tiene una tasa de mortalidad de aproximadamente del 2%, que es más alta que la influenza, que es aproximadamente del 0,1%, pero mucho más baja que el síndrome respiratorio agudo severo o SARS (9,6%) y el MERS, síndrome respiratorio de Oriente Medio (35%).
Para muchas personas, los síntomas son como los de un resfriado común y pueden desaparecer por sí solos.
En China, más de la mitad de todos los casos se han recuperado y han sido dados de alta del hospital.
Para aquellos con un sistema inmunitario débil, como ancianos y personas muy jóvenes, existe la posibilidad de que el virus pueda causar una enfermedad más grave como neumonía o bronquitis. Las personas con síntomas que se sienten peor que un resfriado estándar deben consultar a su médico.