Trastorno Por Déficit De Atención E Hiperactividad
Un niño que manifiesta un patrón de falta de atención a menudo o es capaz de prestar atención minuciosa a los detalles en sus clases, lo que evidentemente lo lleva a obtener bajas notas
Un niño que manifiesta un patrón de falta de atención parece no escuchar, incluso cuando se le habla directamente
Comienza el año escolar y con el se pueden presentar una serie de eventos que llegan a resultar un tanto delicados de cara al proceso académico de nuestros niños, y es que aspectos como; la falta o déficit de atención o una conducta hiperactiva/impulsiva, son factores que influyen directamente en todo lo correspondiente a un desempeño optimo en los menores.
Por ello el obtener bajas notas o evidentes y demarcados desniveles educativos con respecto al proceso académico de los demás niños de la clase, es un síntoma con alta probabilidad de efectividad de encontrarse frente a un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), lo cual afecta directamente el desarrollo óptimo de los estudiantes, reflejándose de manera agreste en sus resultados académicos, generando de este modo una serie de eventos un tanto dañosos para los niños que lo padecen, dado que un atraso académico por falta de rendimiento académico se verá indefectiblemente reflejado de una manera negativa año tras año, en el proceso académico de los menores.
Ahora bien, es claro entonces que un niño que se encuentre frente a un trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), donde uno u otro factor resulte ser evidentemente predominante, ello es, bien sea que, el déficit de atención sea el trastorno predominante o que por el contrario la fuerza la ejerza la hiperactiva/impulsiva, inevitablemente lo reflejará en su perfil académico, y como resultado de lo antes indicado, deficientes notas que claramente lo ponen en desventaja frente a sus compañeros de curso.
Cabe mencionar que, una vez dicho patrón se comienza a reflejar en el proceso académico, los niños son en primera medida juzgados por su bajo rendimiento académico y aunado a ello, sobre algunos de estos pequeños recae la carga de las consecuencias de la hiperactiva/impulsiva, lo cual los convierte en niños que pueden llegar a ser referentes de enojos, malos o nulos hábitos académicos, desinterés por su proceso escolar y por consiguiente alta dificultad para seguir instrucciones, lo que los convierte en niños rebeldes y poco comprometidos en todo cuanto refiere su entorno, tanto escolar como familiar.
Por ello entonces es que se hace imperante el poder diagnosticar y tratar adecuadamente el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), dado que ello puede inferir negativamente en todo lo correspondiente al proceso académico, laboral y profesión de quienes lo padecen, influyendo además directamente en un sin número de circunstancias un tanto dañosas para el desarrollo de los más pequeños.
Y es que, el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), es una afección crónica que afecta a un número significativo de niños, el cual puede llegar a permanecer hasta la edad adulta de no ser tratado, cabe mencionar que el daño verdaderamente relevante recae en los efectos que causa el padecerlo y no procesarlo de una manera efectiva, dado que, ello genera una verdadera desventaja académica que a largo plazo genera vacíos intelectuales significativos.
El TDAH, incluye aspectos negativos persistentes que permean varios aspectos de la vida de quienes los padecen, generando entre ello serias dificultades para conservar la atención, lo que puede incluir hiperactividad y comportamiento impulsivo, aunado a ello también pueden referir problemas de auto estima, dificultad para relacionarse en todos los entornos propios tales como el familiar, el social y claramente los diversos componentes académicos, como también deficiencia escolar.
Como ya se expresó la falta de atención genera un verdadero retroceso en el aprendizaje de los niños, puesto que ello les impide ir al corriente con el resto de su clase, lo que evidentemente no permitirá que el menor pueda desempeñarse de una manera óptima y por edén ello se convertirá en un suceso reiterado en su proceso académico, por lo cual se hace necesario tratarlo y no sencillamente pensar que probablemente los síntomas pueden llegar a menguar con el tiempo.
Cabe resaltar que en algunos niños con los años los síntomas se pueden desvanecer, pero evidentemente el hecho de haber padecido TDAH y no tratarlo en el momento adecuado genera consecuencias de alto grado, es de resaltar que en otras personas los síntomas nunca se logran superan por completo, por ello lo aconsejable en estos casos es tomar tratamiento, a fin de poder aprender estrategias que puedan ayudar a alcanzar las metas profesionales y laborales que se trace quien en la niñez fue afectado por el TDAH.
Ahora bien, es necesario indicar que el tratamiento para el TDAH, no es específicamente una cura para dicho trastorno, pero efectivamente ayuda a generar estrategias y herramientas que permiten a los niños y a sus padres, desarrollar habilidades que les permitan tratar los síntomas, y es que evidentemente el diagnóstico y el tratamiento temprano marca una significativa diferencia, otro aspecto a mencionar en este punto es que el tratamiento usualmente involucra medicamentos e intervenciones conductuales.
Dentro de los síntomas que pueden evidenciarse en los pequeños a fin de poder diagnosticar de manera temprana el TDAH, se encuentran como aspectos principales la falta de atención y el evidente y demarcado comportamiento hiperactivo-impulsivo, aunado a ello dichos síntomas comienzan a evidenciarse antes de los 12 años de edad y, en algunos niños, a partir de los 3 años de edad, comienzan a denotarse, cabe resaltar que, los síntomas no necesariamente se reflejan de una manera altamente gravosa, dado que pueden ir de manos a más, o de alguna manera ser tan leves que pueden pasar de manera imperceptible.
Una de las particularidades del TDAH, es que generalmente se evidencia de una manera más marcada en los niños que en las niñas, pero claramente las niñas también se pueden ver afectadas por el trastorno, donde a ellas los síntomas se pueden evidenciar demarcando la falta de atención, y en los niños pueden tener más inclinación a la hiperactividad e impulsividad.
A continuación, enlistaremos los subtipos de TDAH:
- Falta de atención predominante. La mayoría de los síntomas corresponden a la falta de atención.
- Conducta hiperactiva/impulsiva predominante. Los síntomas en su gran mayoría reflejan hiperactividad e impulsividad.
- Combinado. Esta es una mezcla de síntomas de falta de atención y síntomas de hiperactividad/impulsividad.
Cabe resaltar que generalmente la hiperactividad decanta en desconcentración, lo que muy probablemente impedirá a toda costa que el niño efectivamente se concentre en sus clases y, por ende, lo logre un óptimo desarrollo, por lo que, aunque el patrón no sea predominante el resultado puede llegar a ser el mismo, falta de atención y bajo rendimiento académico.