En tiempos de crisis como la del coronavirus es relativamente frecuente sufrir desánimo.
Muchas veces, ni siquiera es posible identificar una causa concreta de este sentimiento; simplemente, el cúmulo de problemas entrelazados que ha aparecido debido a la pandemia lleva a algunas personas a un estado mental marcado por la desesperanza y la incapacidad para participar activamente en lo que nos rodea.
En este artículo veremos algunas ideas clave para mantener a raya el desánimo en esta crisis de coronavirus, a partir de consejos a aplicar en nuestras vidas.
Posibles causas de desánimo durante los tiempos del COVID-19
Estos son los diferentes factores que entran en juego en los tiempos del coronavirus y que pueden llevar a las personas a desarrollar desánimo.
1. Duelo psicológico
Uno de los aspectos más dolorosos del contexto de pandemia por coronavirus es el elevado número de muertos que han sufrido muchos países. Esto no solo es el reflejo de un colapso sanitario: también indica que la cantidad de personas pasando por un proceso de duelo psicológico se ha disparado.
El duelo psicológico es una perturbación emocional que surge ante el sentimiento de pérdida, es decir, cuando perdemos a algo o a alguien que nos importa mucho. Sobre todo, se da tras la defunción de amigos, familiares y mascotas.
El duelo psicológico puede hacer que el estado mental de la persona que lo sufre quede fijado constantemente en la angustia que genera esa pérdida; todo lo que se podría haber hecho y no se hizo, aquello que no se volverá a experimentar debido a la ausencia de la persona a la que echamos de menos, etc. El resultado es una sensación de fatiga emocional y de no tener ganas de hacer nada, ya que todas las energías están concentradas en acostumbrarse a esa nueva realidad en la que el familiar, el amigo o el objeto desaparecido ya no está.
2. Estrés laboral
La crisis del COVID-19 va de la mano de una crisis económica importante, debido a la implantación del estado de alarma (y en algunos casos, debido a la necesidad de trabajar a marchas forzadas, en el caso del personal sanitario). Hay quien se ve en la necesidad de buscar desesperadamente vías alternativas de ingresos, o de trabajar más para compensar el dinero que deja de entrar. En el caso de los asalariados, también existe el riesgo de quedarse sin trabajo debido a decisiones que están lejos del alcance de uno mismo.
Una de las consecuencias más directas de todo esto es el estrés. Las personas que pasan por situaciones así pasan a estar casi siempre en estado de alerta, dado que lo que ocurra durante estos meses puede tener implicaciones a largo plazo en su estatus laboral o directamente en su calidad de vida.
3. Aislamiento social
Este es un fenómeno que puede afectar sobre todo a las personas más extravertidas y dadas a la socialización: debido a las limitaciones aplicadas para prevenir el riesgo de contagio, muchas personas que apenas concebían su tiempo de ocio sin la compañía de amigos o sin conocer gente nueva se ven atrapadas en un estilo de vida mucho más “casero”.
Hay gente para la que las videollamadas no son suficientes a la hora de compartir ratos agradables con alguien. Por ello, en algunos casos el aburrimiento predomina al no tener referencias ni experiencia a la hora de disfrutar de una cierta variedad de pasatiempos o de proyectos estimulantes que puedan desarrollarse en casa o a solas.
4. Empatía con los que sufren
Ver a los demás pasar por situaciones complicadas también genera un desgaste psicológico importante; la angustia y los síntomas de tipo depresivo pueden llegar a ser contagiosos.
¿Cómo superar el bajo estado de ánimo?
Sigue estos consejos para aprender a superar el desánimo causado por el contexto de pandemia; para ello, debes introducir pequeños cambios en tu día a día de manera que se transformen en nuevos hábitos de gestión emocional.
1. Practica Mindfulness
El Mindfulness constituye una herramienta muy poderosa de gestión de las emociones. Nos permite desprendernos de pensamientos obsesivos y que nos mantienen angustiados constantemente, y ofrecen la posibilidad de adoptar una mentalidad más constructiva, no basada en lo que nos ha ocurrido sino en lo que podemos hacer a partir de ahora. Es por ello que muchos equipos de psicólogos incorporamos estos ejercicios de Atención Plena a nuestros servicios de intervención en pacientes y en grupos.
2. Acepta el malestar
Intentar hacer ver que no existe la incomodidad y la angustia generada por la pandemia es un error. Eso nos lleva a estar siempre en guardia por si algún pensamiento estresante aparece en nuestra consciencia, lo cual hace que sea más probable que esto ocurra. En vez de intentar “bloquear” pensamientos, hay que asumir que irán apareciendo, pero que no debemos concederles importancia extra. Es mejor orientar nuestra atención a otras cosas.
3. Date tiempo
Es necesario no darse prisas; el malestar psicológico requiere su tiempo para dar pie a una recuperación del equilibrio emocional. Pretender lo contrario es ponerse obstáculos a uno mismo.
4. Cuídate físicamente
Come bien y descansa todo lo necesario. Si tu cuerpo no está en buen estado, no resurgirá esa predisposición psicológica a sentir interés por las cosas que te rodean, a ilusionarte con nuevas facetas de la realidad. Presta atención a que lo que comas sea sano y asegúrate de llevar un horario de sueño en el que puedas dormir lo suficiente y de manera regular.
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