Cuando los niños deben permanecer en casa, los padres y cuidadores pueden ayudarlos a adquirir hábitos que beneficien su salud física y mental.
ASESORAS
María Carmen Baquero Rodríguez, pediatra
Luisa Fernanda Correa Pérez, psicóloga, magíster en Neuropsicología
Poner en práctica rutinas saludables en el hogar con los niños es un asunto en el que los padres deben responder con empeño e ingenio y, sobre todo, con el ejemplo. No es fácil, pero sí posible, sobre todo en momentos como vacaciones o épocas inusuales, en los que se comparten muchas horas en familia en un mismo espacio.
Por eso, la pediatra María Carmen Baquero Rodríguez, docente del pregrado de Medicina, y la psicóloga Luisa Fernanda Correa Pérez, magíster en Neuropsicología y coordinadora de la especialización en Neuropsicopedagogía Infantil , entregan sus recomendaciones.
1. Alimentación de calidad
Establecer y respetar horarios para alimentarse en familia. Probar nuevas opciones, destinando momentos para planificar juntos lo que se preparará como algo lúdico. Ofrecer variedad con productos de temporada o que se tengan disponibles en casa. Y hacer todo lo posible para que esta hora no se convierta en un estrés de reclamos y batallas para que se terminen la comida.
2. Saber balancear
Aumentar el consumo de frutas y verduras. “Seguir la regla de cinco al día: tres frutas y dos verduras de diferentes colores. E irlas variando”, informa la pediatra infantil. Disminuir el consumo de grasas saturadas y regular la cantidad de bebidas azucaradas, promoviendo mejor hidratarse con agua. Fundamental reducir la sal, las salsas y los embutidos.
3. Actividad física
Hasta los dos años es importante despertar interés por actividades neurosensoriales: todo lo que hable de motricidad, por ejemplo utilizar objetos con texturas. Con los que están entre los tres y los seis o siete años los papás pueden realizar actividades físicas a modo de juego, mínimo 30 minutos, dos veces al día. Para los más grandes, reforzar positivamente la idea de evitar el sedentarismo.
4. Un buen descanso
Es fundamental que los niños tengan un descanso adecuado para que su mente y cuerpo se relajen. Los lactantes, de cero a dos, pueden dormir entre 12 y 14 horas fraccionadas. De tres a cinco años, la OMS recomienda de 10 a 13 horas de sueño, incluyendo siestas. De seis a doce, la Academia Americana de Pediatría habla de 9 a 12 horas. Y es recomendable que haya un momento de reposo después del almuerzo.
5. Higiene y orden
Hay niños que en vacaciones pasan el día sin bañarse o sin lavarse los dientes. La pediatra infantil afirma que para superar estas situaciones es vital el ejemplo. Que interioricen una rutina que los mismos padres sigan: levantarse, asearse, organizar la habitación, colaborar con la limpieza (según su edad), hacer tareas escolares dado el caso y luego, plantearles actividades que les generen diversión.
6. Limitar el tiempo en pantallas
Aunque se convierten en estrategias de entretenimiento, su manejo debe ser regulado porque pueden promover el sedentarismo y generar una sobreestimulación, sobre todo, los videojuegos. Otra razón para limitar el tiempo es evitar conductas que deriven en adicción y ocasionar que cuando retornen a su entorno normal tengan problemas de interacción con otros.
7. Jugar y hacer planes en familia
Es fundamental que los adultos entiendan la importancia del juego para los niños. Es una actividad que facilita el desarrollo de habilidades sociales y cognitivas. Jugar con los niños fortalece los vínculos afectivos entre los miembros de la familia. Además, permite utilizar la creatividad para dar uso a los diversos espacios del hogar y a los objetos que tienen a su disposición.
8. Tiempos para la lectura
Primordial establecer un espacio para leer todos los días, pensando especialmente en los niños más pequeños, porque la lectura de cuentos permite el desarrollo de la imaginación y el fortalecimiento de lazos amorosos. También contribuye al establecimiento de rutinas a través de una actividad que juega un papel importante en diferentes ámbitos.
9. Expresar y gestionar las emociones
A veces, considera la psicóloga infantil, se cree que como los niños están en vacaciones, no hay que cumplir horarios ni establecer límites o poner normas en casa. Esto se relaciona con la necesidad de adelantar un trabajo frente a la tolerancia a la frustración “y se hace no cediendo a todas las exigencias de los niños. También es importante que asuman algunas responsabilidades en la casa”.
10. Salud mental en la mira, siempre
Tanto para niños y adultos, pues enfrentarse al teletrabajo, a la educación virtual o a las vacaciones en épocas diferentes a las usuales son condiciones que implican procesos de adaptación y que generan ciertas tensiones entre los integrantes de la familia. Es bueno abrir espacios de expresión emocional, de diálogo, para mejorar la convivencia y generar apoyo ante cualquier situación que se presente.
Leer artículo original en: REVISTA SALUD COOMEVA